lunes, 21 de enero de 2013

Semana Cultural de Miguel de Cervantes



La propuesta de “La semana cultural de Miguel de Cervantes” irá destinada a los alumnos del tercer ciclo de Primaria.

La finalidad de esta semana repleta de actividades será la de aprender cosas sobre la literatura clásica y el autor más famoso de España a nivel mundial. Se presentaran las actividades en las que tendrán que jugar, aprender, investigar, colaborar y que valoren a los textos y autores clásicos y no sean para ellos un lastre. Se busca el interés del alumno y desatar su lado más curioso hacia los libros clásicos y sobre todo hacia el que podría ser la máxima figura de la literatura universal.

Elaboraremos un horario, que será elaborado con las horas que tenían en el colegio en el que estuve de prácticas (para que sea aún más fidedigno). Cada día estará dividido en dos momentos. El primero irá de 9.00h hasta las 11.45h. De 11.45h hasta las 12.15h se llevará a cabo el recreo. De 12.15h hasta la hora de la salida (14.00h) irá el segundo bloque.



PRIMER DÍA: LUNES.

La  actividad del primer día será una de mis preferidas. A primera hora (9.00h) se reunirá a todos los alumnos de 5º y 6º de Primaria en el salón de actos para aprender un poco más de la vida de Miguel de Cervantes. Se les contará la “vida y milagros” del prodigioso escritor mediante una presentación previa elaboración. Este será el contenido que contendrá la presentación (adaptación de la web “Adaptación y vidas”)

La vida de Cervantes fue una ininterrumpida serie de pequeños fracasos domésticos y profesionales, en la que no faltó ni el cautiverio, ni la injusta cárcel, ni la afrenta pública. No sólo no contaba con renta, sino que le costaba atraerse los favores de mecenas o protectores; a ello se sumó una particular mala fortuna que lo persiguió durante toda su vida. Sólo al final, tras el éxito de las dos partes del Quijote, conoció cierta tranquilidad y pudo gozar del reconocimiento hacia su obra, pero siempre agobiado por las penurias económicas.
Sexto de los siete hijos del matrimonio de Rodrigo de Cervantes Saavedra y Leonor de Cortinas, Miguel de Cervantes Saavedra nació en Alcalá de Henares (Madrid) el 29 de septiembre de 1547.
El destino de Miguel parecía prefigurarse en parte en el de su padre quien, acosado por las deudas, abandonó Alcalá para buscar nuevos horizontes en el próspero Valladolid, pero sufrió siete meses de cárcel por impagos en 1552, y se asentó en Córdoba en 1553; dos años más tarde, en esa ciudad, Miguel ingresó en el flamante colegio de los jesuitas. El escritor fue un lector precocísimo y sus dos hermanas sabían leer, cosa muy poco usual en la época, aun en las clases altas. Por lo demás, la situación de la familia era precaria. En 1556 Leonor vendió el único sirviente que le quedaba y partieron hacia Sevilla, con el fin de mejorar económicamente, pues esta ciudad era la puerta de España a las riquezas de las Indias y la tercera ciudad de Europa, tras París y Nápoles, en la segunda mitad del siglo XVI.
A los diecisiete años Miguel era un adolescente tímido y tartamudo, se distraía como asiduo espectador de las representaciones del popular Lope de Rueda. En 1551 la hasta entonces pequeña y tranquila villa de Madrid había sido convertida en capital por Felipe II, por lo que en los años siguientes la ciudad quintuplicaría su tamaño y población y llevados, nuevamente, por el afán de prosperar, los Cervantes se trasladaron en 1566 a la nueva capital. No se sabe con certeza que Cervantes hubiera asistido a la universidad, a pesar de que en sus obras mostró familiaridad con los usos y costumbres estudiantiles.
En el año de 1569 un tal Miguel de Cervantes fue condenado en Madrid a arresto y amputación de la mano derecha por herir a un tal Antonio de Segura. La pena, corriente, se aplicaba a quien se atreviera a hacer uso de armas en las proximidades de la residencia real. No se sabe si Cervantes salió de España ese mismo año huyendo de esta sanción, pero lo cierto es que en diciembre de 1569 se encontraba en los dominios españoles en Italia, provisto de un certificado de cristiano viejo y meses después era soldado en la compañía de Diego de Urbina.
Junto a su hermano menor, Rodrigo, Cervantes entró en batalla nuevamente en Corfú, también al mando de Juan de Austria. En 1573 y 1574 se encontraba en Sicilia y en Nápoles, donde mantuvo relaciones amorosas con una joven a quien llamó «Silena» en sus poemas y de la que tuvo un hijo, Promontorio. Es posible que pasara por Génova a las órdenes de Lope de Figueroa, puesto que la ciudad ligur aparece descrita en El licenciado Vidriera, y finalmente se dirigiera a Roma, donde frecuentó la casa del cardenal Aquaviva (a quien dedicaría La Galatea), conocido suyo, tal vez desde Madrid, y por cuya cuenta habría cumplido algunas misiones y encargos. Fue la época en que Cervantes se propuso conseguir una situación social y económica más elevada dentro de la milicia, con el cargo de alférez o capitán, para lo cual obtuvo dos cartas de recomendación ante Felipe II, firmadas por Juan de Austria y por el virrey de Nápoles, en las que se certificaba su valiente actuación en la batalla de Lepanto.
Con esta intención, los Cervantes se embarcaron en la goleta que partió de Nápoles el 20 de septiembre de 1575, y lo que debía ser un expeditivo regreso a la patria se convirtió en el principio de una infortunada y larga peripecia. A poco de zarpar, la goleta se extravió tras una tormenta que la separó del resto de la flotilla y fue abordada, a la altura de Marsella, por tres corsarios berberiscos al mando de un albanés renegado de nombre Arnaute Mamí. Tras encarnizado combate y consiguiente muerte del capitán cristiano, los hermanos cayeron prisioneros. Las cartas de recomendación salvaron la vida a Cervantes pero serían, a la vez, la causa de lo prolongado de su cautiverio su carta de recomendación y su mano lisiada lo eximieron de ir a las galeras.
El tráfico de personas era intenso pero la familia de Cervantes estaba bien lejos de poder reunir la cantidad necesaria siquiera para el rescate de uno de los hermanos. Cervantes protagonizó, durante su prisión, cuatro intentos de fuga.
Estaba aterrado: temía un traslado a Constantinopla. Mientras, su madre, doña Leonor, había iniciado trámites para su rescate. Fingiéndose viuda, reunió dinero, obtuvo préstamos y garantías, se puso bajo la advocación de dos frailes y, en septiembre de 1579, entregó al Consejo de las Cruzadas 475 ducados. Hasta el último momento, Hassán retuvo a Cervantes, mientras los frailes negociaban, pedían limosna para completar la cantidad y por último, el 19 de septiembre de 1580, fue liberado.
Cinco días más tarde, después de un lustro de cautiverio, Cervantes llegó a Denia y volvió a Madrid. Tenía treinta y tres años y había pasado los últimos diez entre la guerra y la prisión; su familia, empobrecida y endeudada con el Consejo de las Cruzadas, reflejaba la profunda crisis general del imperio, que se agravaría luego de la derrota de la Armada Invencible en 1587. Al retornar, Cervantes renunció a la carrera militar, se entusiasmó con las perspectivas de prosperidad de los funcionarios de Indias, trató de obtener un puesto en América y fracasó.
A los treinta y siete años Cervantes se casó. Su novia, Catalina de Salazar y Palacios, era de una familia de Esquivías, pueblo campesino de La Mancha. Tenía sólo dieciocho años, no obstante, no parece haber sido una unión signada por el amor. Meses antes, el escritor había acabado su primera obra importante, La Galatea, una novela pastoril al estilo puesto en boga por la Arcadia de Sannazaro cincuenta años atrás. El editor Blas de Robles le pagó 1.336 reales por el manuscrito. Esta cifra nada despreciable y la buena acogida y el relativo éxito del libro animaron a Cervantes a dedicarse a escribir comedias; aunque sabía que mal podía competir él, todavía respetuoso de las normas clásicas, con el nuevo modo de Lope de Vega, dueño absoluto de la escena española. Las dos primeras (La comedia de la confusión y Tratado de Constantinopla y muerte de Selim, escritas hacia 1585 y desaparecidas ambas) obtuvieron relativo éxito en sus representaciones, pero Cervantes fue vencido por el vendaval lopesco.
Entre 1585 y 1600 Cervantes fijó su residencia en Esquivías, pero solía visitar Madrid solo y, allí, alternaba con los escritores de su tiempo, leía sus obras y mantenía una permanente querella con Lope de Vega. En 1587 ingresó en la Academia Imitatoria, y ese mismo año fue designado comisario real de abastos (recaudador de especies) para la Armada Invencible. También este destino le fue adverso. Pero sus penurias económicas siguieron acompañándole. Nombrado recaudador de impuestos, quebró el banquero a quien había entregado importantes sumas y Cervantes dio con sus huesos en la prisión, esta vez en la de Sevilla, donde permaneció cinco meses. En esta época de extrema carencia comenzó probablemente la redacción del Quijote. Entre 1604 y 1606, la familia de Cervantes, su esposa, sus hermanas de tan dudosa reputación y su aguerrida hija natural, así como sus sobrinas, siguieron a la corte a Valladolid, hasta que el rey Felipe III ordenó el retorno a Madrid.
Pero en 1605, a principios de año, apareció en Madrid El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha. Su autor era por entonces hombre enjuto, delgado, de cincuenta y ocho años, tolerante con su turbulenta familia, poco hábil para ganar dinero, pusilánime en tiempos de paz y decidido en los de guerra. La fama fue inmediata, pero los efectos económicos apenas se hicieron notar. Cuando, en junio de 1605, toda la familia Cervantes, con el escritor a la cabeza, fue a la cárcel por unas horas a causa de un turbio asunto que sólo tangencialmente les tocaba, don Quijote y Sancho ya pertenecían al acervo popular. Su autor, mientras tanto, seguía pasando estrecheces. No le ofreció respiro ni siquiera la vida literaria: animado por el éxito del Quijote, ingresó en 1609 en la Cofradía de Esclavos del Santísimo Sacramento, a la que también pertenecían Lope de Vega y Quevedo. Era ésta costumbre de la época, que ofrecía a Cervantes la oportunidad de obtener algún protectorado. En aquel mismo año se firmó el decreto de expulsión de los moriscos y se acentuó el endurecimiento de la vida social española sometida al rigor inquisitorial.
Cervantes escribió a un ritmo imparable: las Novelas ejemplares, que aparecieron en 1613; el Viaje al Parnaso, en verso, 1614. Ese mismo año lo sorprendió la aparición, en Tarragona, de una segunda parte del Quijote, por un tal Avellaneda, que se proclamó auténtica continuación de las aventuras del hidalgo. Así, enfermo y urgido, mientras impulsaba la aparición de las Ocho comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados (1615), acabó la segunda parte del Quijote, que aparecería en el curso del mismo año.
A principios de 1616 estaba terminando su novela de aventuras en estilo bizantino, Los trabajos de Persiles y Segismunda; el 19 de abril recibió la extremaunción y al día siguiente redactó la dedicatoria al conde de Lemos, ofrenda que ha sido considerada como exquisita muestra de su genio y conmovedora expresión autobiográfica: «Ayer me dieron la extremaunción y hoy escribo ésta; el tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan y, con todo esto, llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir...».
Ya circulaban traducciones al inglés y al francés desde 1612, y puede decirse que Cervantes supo que con el Quijote creaba una forma literaria nueva. Supo también que introducía el género de la novela corta en castellano con sus Novelas ejemplares y sin duda adivinaba los ilimitados alcances de la pareja de personajes que había concebido. Sus contemporáneos, si bien reconocieron la viveza de su ingenio, no vislumbraron la profundidad del descubrimiento del Quijote, fundación misma de la novela moderna.
Así, entre el 22 y el 23 de abril de 1616 murió en su casa de Madrid, asistido por su esposa y una de sus sobrinas; envuelto en su hábito franciscano y con el rostro sin cubrir, fue enterrado en el convento de las trinitarias descalzas.
Las fuentes del arte de Cervantes como novelista son complejas: por un lado, don Quijote y Sancho son parodia de los caballeros andantes y sus escuderos; por otro, en ellos mismos se exalta la fidelidad al honor y a la lucha por los débiles. En el Quijote confluyen, pues, realismo y fantasía, meditación y reflexión sobre la literatura: los personajes discuten sobre su propia entidad de personajes mientras las fronteras entre delirio y razón y entre ficción y realidad se borran una y otra vez. Pero el derrotero de Cervantes, que acompañó tanto las glorias imperiales de Lepanto como las derrotas de la Invencible ante las costas de Inglaterra, sólo conoció los sinsabores de la pobreza y las zozobras ante el poder. Al revés que su personaje, él no pudo escapar nunca de su destino de hidalgo, soldado y pobre.

Esta actividad puede parecer un poco densa, pero es necesaria para que los alumnos aprendan sobre Miguel de Cervantes, sus obras más conocidas y la situación en España del siglo XVI y XVII. Se estima que esta presentación sea hasta la hora del recreo. Además de la presentación los alumnos podrán hacer todo tipo de respuestas (las cuales serán respondidas por los profesores que estén allí). Tras esta actividad se realizarán dos actividades paralelas (de 12.15h a 14.00h).
La primera de ellas será escuchar con atención a los compañeros que tendrán que leer fragmentos del libro “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”. Por otro lado, de uno en uno, los alumnos irán escribiendo el mismo libro pero por fragmentos, es decir, cada alumno escribirá un pequeño fragmento del libro de Cervantes de manera que al final de la semana cultural este terminado y se hagan copias para que todos los niños participantes tengan su particular Quijote. 

SEGUNDO DÍA: MARTES

Doble entrevista. De 9.00h a 11.45h se realizará una entrevista a Don Miguel de Cervantes Saavedra. Con todo lo mostrado el día anterior deberán realizar preguntas a Miguel de Cervantes sobre su vida y sus obras. Los profesores serán “Miguel de Cervantes” y todos los alumnos deberán ser periodistas y simular que están ante una rueda de prensa.
Durante la segunda actividad (de 12.15h a 14.00h), la entrevista se la realizarán a otro personaje: Don Quijote. Deberán realizar igualmente preguntas para averiguar más sobre este intrépido personaje.

Algunas propuestas:

Alumno: Don Miguel, ¿por qué no hizo una mejor comercialización con su afamado libro?
Miguel de Cervantes: eran épocas distintas, y cuando necesitas algo que llevarte a la boca, cualquier cosa es un tesoro.

Alumno: si tuvo tantas novias en tantos puertos, ¿por qué se casó con una mujer que no quería?
Miguel de Cervantes: las mujeres que amaba en los puertos no podían ofrecerme el bienestar que mi esposa me ofreció hasta el último de mis días.

Alumno: ¿eran cómodas las vestimentas que usaban en los años que narra su autor?
Don Quijote: las armaduras eran necesarias para protegerse y el yelmo era algo indispensable.

He de reconocer que esta idea la encontré en varios blogs y en la web y me pareció una manera muy interesante de trabajar con los alumnos.

TERCER DÍA: MÍERCOLES.

Representación de una pequeña obra de teatro. Las obras teatrales de Miguel de Cervantes fueron tratadas sin pena ni gloria injustamente. A continuación representaremos fragmentos de su obra de teatro más conocida “El cerco de Numancia”.

A primera hora (9.00h) y hasta la hora del recreo (11.45h) se les dará una pequeña explicación de la obra y se repartirán personajes. Después del recreo representarán la obra a los niños más peques del colegio (los alumnos de primero y segundo de Primaria). Como es lógico, no es imprescindible saberse los diálogos. Los alumnos emplearan el primer bloque de la mañana para leerse sus frases y poder interiorizar un poco el personaje. También se empleará para preparar un poco el vestuario y el maquillaje para los personajes que lo precisen. 

Explicación de la obra teatral (obtenida de wikipedia.org)

El cerco de Numancia es una tragedia renacentista escrita hacia 1585 por Miguel de Cervantes inspirada en la derrota de Numancia de las Guerras Celtíberas a manos del poder romano en el siglo II a. C.
También llamada La Numancia —y en sus testimonios más antiguos Comedia del cerco de Numancia, La destruición de Numancia y Tragedia de Numancia—, se ha transmitido a partir de dos textos manuscritos: el número 15.000 de la de la Biblioteca Nacional de España —una copia de representantes (para ser empleada por una compañía teatral) del siglo XVII— y el códice «Sancho Rayón», conservado en la Hispanic Society of America, transcrito por Antonio Sancha en 1784 modernizando la ortografía, junto con el Viaje del Parnaso. Ninguno de los dos testimonios puede considerarse cercano al original cervantino, aunque los editores modernos prefieren editar La Numancia a partir del manuscrito Sancho Rayón.
ARGUMENTO
Como en toda tragedia, el argumento de La Numancia debe ser desvelado desde el principio, y este es un factor fundamental en el género. La irremediable fatalidad a que se ven abocados los numantinos desde el comienzo es parte consustancial al mantenimiento de la tensión dramática en la tragedia y a lograr una efectiva catarsis final.
Numancia, una ciudad celtibérica, resiste desde hace años a las tropas del general romano Escipión, cuyas tropas han relajado sus costumbres. El general arenga a sus tropas y decide que caven un foso para tomar por inanición la plaza.
Dos embajadores numantinos ofrecen firmar una paz, pero Escipión la rechaza: solo queda vencer o morir. Dos figuras alegóricas que representan a España y al Duero profetizan la caída de la ciudad, pero también las glorias que cosechará España con Felipe II, es decir, la época contemporánea a la escritura de la obra.
En Numancia, en tanto, los augures, mediante sacrificios a Júpiter, y el hechicero, que resucita a un cadáver, prevén la destrucción de la ciudad. Sin embargo, y sin perder nunca la esperanza, los jefes arévacos proponen un combate singular (un numantino contra un romano) para decidir la suerte de la guerra. Escipión, que confía en rendir la fortaleza por el hambre, no acepta la propuesta.
Extenudados ya los habitantes de la ciudad, se aprestan a una salida desesperada, pero las mujeres, que temen quedarse tras la probable derrota a merced de los romanos, les piden que destruyan los bienes materiales de la ciudad, consuman la carne de los pocos prisioneros romanos y les den muerte antes de sufrir la indignidad de ser ultrajadas por el ejército de Escipión. Posteriormente, se dan muerte unos a otros. Los romanos entran en una ciudad inerte cuando ven al último de los habitantes de Numancia arrojarse al vacío desde una torre para evitar que ningún numantino tenga que pasear como trofeo de guerra en el desfile victorioso de Roma.

A continuación mostraremos algunas de las páginas de diálogos que representaran los alumnos. 






 Fragmentos obtenidos de “ATAUN, Biblioteca Gratuita

CUARTO DÍA: JUEVES.

La semana termina y los niños necesitan que esta semana cultural empiece a corregir su forma estricta y educativa para jugar un poco. Realizaremos una gymkana con el objetivo de que los alumnos jueguen y se diviertan como ellos saben.
La gymkana durará todo el día (con el descanso del recreo para tomar el almuerzo) y los grupos se dividirán en dos. Tras terminar todas las pruebas, el equipo que gane obtendrá una pieza de puzle que pertenece a un manuscrito. La última prueba de la gran gymkana será unirse al “enemigo” y juntar todas las piezas.

Habrá un gran número de pruebas (a continuación se enumerarán algunas) y tras el final de cada prueba se obsequiará con una pista (que conducirá al lugar de la siguiente prueba) y con la pieza que forma parte del manuscrito.

Algunas pruebas (sacadas de webs, otros blogs, pruebas inventadas, etc.)

Pasar el testigo: los alumnos dispondrán de 6 huevos por equipo y deberán recorren un espacio de 10 metros con un huevo sobre una cuchara que únicamente sujetarán con la boca. Para añadir dificultad deberán ir atados. El equipo que antes pierda los huevos pierde. El equipo que antes consiga llevar todos los huevos a su destino gana.

Prueba “Pictionary”. Por equipos, deberán adivinar al menos 10 palabras mientras uno de los compañeros las dibuja. Tendrán un minuto de tiempo por cada palabra.
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Recorrido con obstáculos. Por parejas –uno con los ojos tapados- deberá recorrer el patio sorteando los obstáculos que se coloquen (conos, barras, etc.) el otro miembro del equipo deberá guiarle para que lo haga bien. Hasta que una pareja no llegue al final del recorrido no podrá empezar la siguiente.

Salvar el objeto. Colocar varios objetos pequeños que no floten dentro de un recipiente con agua y sustancias “pringosas”. Con la boca y los ojos cerrados deberán sacar del agua dichos objetos. Cuantos más saquen mejor.

Laberinto. Cruzar un laberinto hecho con materiales de la clase de Educación Física (cuerdas, ramas, troncos, piedras...)

Pañuelo. Popular juego en el que los alumnos deberán conseguir el pañuelo. El profesor será el que lo sujete en el medio. Como “novedad” añadida a la prueba, los alumnos, en lugar de números serán personajes de la obra representada el día anterior.

El manuscrito final tras unir las piezas será el siguiente:

Muchísimas gracias chicos. Habéis conseguido revivir la vida de uno de los literatos más conocidos mundialmente. Espero hayáis disfrutando escuchando mi vida y los resúmenes de mis grandes obras y que sigáis reviviendo clásicos de los mejores escritores que ha dado este nuestro país. Atentamente, Miguel de Cervantes.

QUINTO DÍA: VIERNES.

Ultimo día. La primera hora servirá para presentar un PowerPoint con fotos sobre todo lo vivido en la semana cultural. Después se entregarán diplomas a todos los alumnos participantes por haber hecho de esta semana unos días en los que “convivir” con Miguel de Cervantes haya sido casi una realidad.
Después se les entregarán a cada uno su ejemplar sobre “El Quijote” que reescribieron el primer día de la semana y terminaremos el día con una fiesta con refrescos y comidas para todos los participantes.

1 comentario:

  1. Muy bien. Falta investigación por parte de los chicos y alguna prueba cultural en la gymkana para que esté perfecta.

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