El
día de mañana, día en que lleguemos a los colegios, tenemos en nuestras manos
un deber muy importante. Hay que enseñar a todos nuestros alumnos. Mostrarles
lo maravilloso que es aprender y adquirir conocimientos de una manera divertida
sin que les sea pesado o aburrido. Pero dentro de todas las áreas, habrá una en
la que tendremos un papel aún más importante. Debemos trabajar la lectura, y
como llevo diciendo desde el principio de este blog, será nuestro papel que los
alumnos amen la lectura o que la detesten. La lectura te hace libre, te hace
más culto. Hay incluso quien dice que te hace mejor persona. La lectura es
capaz de desatar nuestro sentido estético así como desarrollar nuestra
capacidad de apreciar y disfrutar aún más del entorno. La lectura es mágica.
Nos hace reír, llorar, nos entretiene, nos divierte, nos enriquece, nos hace
mejores.
Por todas estas cosas, es primordial trabajar la
lectura, pues ésta orienta y estructura el pensamiento de nuestros alumnos. Debemos
introducir la lectura desde los más pequeños como una aventura. Esta se vuelve
aún más significativa cuando entran en juego las “vivencias personales”. Este camino
debe ser el que sigamos todos los profesores, introducir a nuestros alumnos en
una literatura divertida y amable que les consiga hacer soñar y que poco a poco
puedan integrar de alguna manera con sus experiencias, sus deseos y sus vidas.
Para esto, es muy importante la Animación a la lectura. Tenemos que
trabajar de la mano de estas cuatro palabras. No es tarea fácil, hay que
aprender mucho nosotros primero para no fallar en lo que hagamos. Estamos descubriéndola,
pero espero que terminemos por conocerla a fondo. No merece la pena leer un
libro por leerlo. Hay que leerlo por algo, buscar un objetivo, el objetivo de
divertirse es en lo que debemos trabajar de aquí a un futuro espero no muy
lejano.
El libro que vamos a “animar” es el libro que
analicé en el primer bloque: “Fray Perico y su borrico”. La portada es alegre,
lo que puede conseguir que los niños estén motivados antes de empezar a leer. Lo
que quizá no es demasiado atractivo para ellos es el título. Actualmente la
religión no es un tema que motive a casi ningún niño, pero ahí está el reto. Conseguir
que comiencen a leer este libro con ganas será el objetivo y que puedan
disfrutar mientras lo leen. Comenzamos.
ANTES DE LA LECTURA.
Como he dicho antes, puede que el tema de los
frailes y demás figuras religiosas no sea lo más atractivo para unos niños
pequeños. Por eso, voy a buscar en internet los personajes del libro y los
imprimiré en folios (elaboraremos los que no encontremos, que serán bastantes)
repartidos por toda la pizarra. Sólo con el nombre de cada personaje, haremos
una especie de “lluvia de ideas” sobre el tema de la obra con algunas preguntas
orientativas: ¿De qué creéis que habla este libro? ¿Quién creéis que es el
protagonista? ¿Por qué hay un burro? ¿Dónde transcurrirá la historia con tantos
frailes y sacerdotes?
Estás preguntas están con la intención de guiar al alumno
a algún camino más o menos certero. No se coartará nunca la libertad de expresión,
es decir, los niños podrán decir todas las locuras que se les ocurran sin
límites.
Después de imaginar y crear una pequeña tertulia o
debate discutiendo sobre los roles de personajes presentaremos la portada. Explicaremos
que los protagonistas son el “Fray Perico” y en segundo plano su “borrico
Calcetín”. Aquí intentaremos crear intriga imaginando qué cosas le pasarán a
Fray Perico con preguntas como ¿Fray Perico será un fraile bueno o malo? ¿El
burro Calcetín será un ayudante para Perico o será una carga?
Este primer “bloque” será mero diálogo. No habrá
ejercicios para escribir, lo realizaremos todo de manera oral y entre todos los
niños. Enfocado a acercar a los niños a la lectura del libro. Lo que se intenta
es encontrar refuerzos positivos, que no existan prisas por parte del profesor
para que los alumnos lean tranquilos, disfrutando del libro en todo momento.
DURANTE LA LECTURA
Mientras leemos en clase revisaremos tema por tema
antes de pasar al siguiente. Cada vez que realicemos la lectura de un tema los
niños deberán hacer un breve resumen. Puede ser de manera oral, pues el
objetivo es ver que ningún niño se queda por detrás por no entender algo.
Tras estos resúmenes que servirán para darnos
cuenta de si algún alumno no está entendiendo algo, haremos algunas actividades
para ir un poco más allá. Algunas de éstas pueden ser: ¿Qué pasaría si Fray
Perico no hubiera entrado en el convento? ¿Cómo crees que sería la vida de los
frailes antes de que Fray Perico entrara a formar parte de su congregación
religiosa?
Gracias a estas preguntas, los alumnos pueden
imaginar y comprender que las historias pueden tener varios caminos.
Otra actividad que se me ocurre es que los niños
propongan una ilustración para Fray Perico, es decir, que olviden la que han
visto e intenten dibujarle con otro rostro que represente cómo les gustaría que
fuera o cómo le ven habiendo leído algunas de sus historias.
DESPUÉS DE LA LECTURA
Terminamos de leer el libro, pero no de su
animación. Esta parte podríamos considerarla casi como la más importante. Aquí viene
la catalogación del libro, es decir, ¿me ha gustado o no? El recuerdo que
tengamos de este libro será en parte de lo que hagamos ahora. Si todo lo
anterior ha resultado como planeamos, el libro les habrá gustado y lo habrán
leído con cierto placer.
Para ver qué les ha quedado del libro, haremos un
resumen individual escrito. No debe ocupar demasiado, queremos que los niños
reflexionen un poco y gracias a este pequeño resumen nos daremos cuenta de lo
que les ha marcado más o menos. Queremos que piensen solos, sin influencias. Sólo
su “versión” resumida.
Tras este ejercicio, crearemos otro final
alternativo. Intentaremos de nuevo reconducir un poco a los alumnos con algunas
preguntas que sirvan de guía, pero nunca imponiéndoles una dirección, sólo
ayudándoles allanando el camino. ¿Qué hubiera pasado si el protagonista no
hubiera conseguido superar todas las pruebas y salvar al convento? ¿Qué hubiera
pasado si el Fraile se hubiera rendido por todas las burlas que recibía por
parte de sus compañeros? ¿Crees ahora que el burro era realmente una carga para
Perico?
Otra de las actividades que propondría es la de
mandar una carta al autor. De esta manera podríamos enviarle nuestros finales
alternativos –que seguro que son aún más disparatados que el libro-. Con esta actividad, haremos que los niños se tomen
más en serio el ejercicio.
Finalmente, terminaremos con una opinión general
sobre qué les ha parecido el libro. Si les ha gustado o no. Puede sonar demasiado
típico, pero creo que es necesario preguntarles a los niños si el libro les ha
gustado o no, pues de esta manera podemos saber si la elección del libro y las
actividades han sido las correctas y debemos mantenerlas o por el contrario
debemos mejorar sobre ellas para conseguir una buena animación a la lectura.
Muy bien. Las más flojitas son las actividades que acompañan a la lectura y que deben tratar de compartir diferentes interpretaciones, crear hipótesis sobre lo que vaya a pasar después, realizar juicios sobre los hechos y sobre los personajes...
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