sábado, 19 de enero de 2013

Reflexión Bloque I

Tema I de la asignatura de "Literatura Española, Literatura Infantil y Educación Literaria". ¿Dónde me he metido? Ya recuerdo. Estaba probando suerte en la ansiada universidad pública. Podría comenzar así varios bloques, pues hasta el final del cuarto bloque no regresé a mi querida “Salle”. Mi visión sobre este tema es la que me han dado mis compañeros. Recuerdo a mis queridas Fátima y Claudia explicándome la sutil diferencia entre literatura y paraliteratura ¿consiguieron que me enterara bien del todo? No lo sé, pero puedo asegurar que despertaron mi interés por esto.

Sin más rodeos, entiendo que este bloque es bastante importante. Aquí podemos empezar a sellar unas bases para nuestra carrera docente (que aunque empezó hace unos años ya, aún está en el principio de su largo recorrido).
No puedo decir que la búsqueda de webs fuera lo más divertido que he hecho en mi vida. No puedo, lo siento. Desde el principio me pareció un “muermazo” con mayúsculas. Pero después, te paras a pensar y para tus adentros dices: ¿te das cuenta de lo útil y valioso que es el trabajo que acabas de realizar?
En ese momento fue donde me di cuenta de lo importante que es tener unas buenas referencias a la hora de hablar de librerías, bibliotecas, editoriales, etc. Más que importante lo considero básico para la formación de un maestro. Es necesario conocer las mejores links para de esta manera poder ofrecer a nuestros alumnos lo mejor.

Otro de los aspectos más importantes de este bloque puede ser la importancia de enseñar a los alumnos el placer de la lectura. Hay que educar a los niños en la literatura. Podríamos decir que leer te hace más culto e inteligente, pues aunque un libro sea malo siempre se aprende algo del mismo. Pero aparte de lo más o menos culto que te hace leer, podríamos decir que leyendo libros eres más independiente, desarrollas más tu lado creativo y emocional, puedes llegar a ser mucho más empático, etc. Si leer da tantas cosas buenas ¿por qué no empezar haciéndolo con los más pequeños para que desde tempranas edades desarrollen todas sus capacidades?
Por todo esto, hay que elegir bien lo que intentamos que los niños lean. Elegir un buen libro puede ser el primer paso para despertar el gusto por la lectura de los alumnos y por eso debemos conocer la gran oferta para que las sugerencias sean las mejores. Hay que eliminar el aspecto de imposición, los alumnos deben ver que la lectura es algo divertido, algo ameno, algo “mágico” y así los alumnos despertaran este sentimiento.

Hay que explicar a los alumnos que todas las lecturas pueden tener una enseñanza. Así mismo, hay que explicarles las diferencias entre los géneros literarios, pues no es lo mismo leer en prosa que en teatro o en poesía. Deben conocerlos, saber diferenciarlos y ser capaces de disfrutar con los tres. La forma de introducir a los alumnos en esto es independiente del profesor. En mis prácticas, la profesora motivaba a los alumnos con leer un libro o un cuento. Los niños lo tenían como un premio muy valioso y cuando sabían que había oportunidad de leer realizaban raudos su tarea para poder elegir el cuento en el que sumergirse. Me parece un mecanismo buenísimo. En la otra cara, recuerdo mis años de Instituto, en el que el castigo por hacer algo mal era leerte un libro. De esa manera, los alumnos (algunos) entendían la lectura como algo negativo, siendo todo lo contrario.

Otra de las cosas más importantes de este bloque es la buena elección de un libro. Lo primero que debemos hacer es consultar la edad que el autor o la editorial sugiere. Pero aún más importante es leernos el libro. De esa manera vemos realmente si nuestros niños están preparados para ese u otro libro. En el colegio en el que estuve de prácticas (con niños de 5-6 años) todos los libros que había en el aula tenían una reseña de mi profesora. Ella se los había leído todos y había realizado un pequeño análisis de cada uno (adjunto en la parte final del libro) indicando la edad que ella consideraba conveniente y el tipo de niño al que más le gustaría. De esta manera siempre acertaba al recomendar libros a los alumnos. Pensar en entregar un libro destinado a los alumnos de 3º a un niño de 1º. Su sentimiento será de aburrimiento y pesadez, pues los contenidos serán muy difíciles para él.
En mi cole de prácticas, la literatura forma una parte muy importante en la enseñanza de los alumnos. La profesora intenta trabajar los tres grandes géneros para que los alumnos puedan disfrutar de ambos. La prosa se trabaja con cuentos. Como dije antes, una o dos veces por semana se anuncia al comenzar la clase que el alumno que antes realice su tarea podrá elegir un cuento para leer. Los alumnos se vuelven locos por elegir cuento. Por lo general, estos cuentos tienen enseñanzas relacionadas con lo dado en clase, de esta manera sirven también de refuerzo.
La prosa la trabajan con poesías. Son muy pequeños para hacerlas ellos solos, por lo que con la ayuda de la profesora crean bonitos poemas en la pizarra con las aportaciones de los niños. Tengo que mencionar que una de las profesoras de 6º (muy amiga de mi profe) trabaja poesías con los niños todas las semanas y cuando se aprenden alguna bajan a recitársela a los niños de 1º. Ellos les miran anonadados porque memorizan y recitan tan bonito que les encanta.
El tema del teatro es más difícil de trabajar con los niños. En mi estancia en el cole sólo he presenciado una actividad que fue a nivel de ciclo, en la cual los alumnos presenciaron una pequeña historia teatral de manos de un grupo de jóvenes de una asociación del barrio.

Mi conclusión o reflexión sobre el bloque I es la importancia de enseñar bien la literatura a los más pequeños. En nuestras manos está que empiecen a amarla o que empiecen a considerarla un enemigo. 

Dejo una frase que un querido profesor del Insitituto me enseñó. Amante de la lectura y contagiador de ese sentimiento. Gracias Paco. 

"Si a cambio de mi amor a la lectura viera a mis pies los tronos del mundo, rehusaría el cambio"
Fenelón (1651-1715) Escritor y teólogo francés.

3 comentarios:

  1. Está casi casi perfecto, pero hay un aspecto que traías interiorizado previamente y que no has conseguido cambiar (a pesar de los esfuerzos de tu clan para ponerte al día de lo visto en el bloque):

    La literatura infantil no tiene que tener una enseñanza. La línea entre la paraliteratura (didáctica y moralizante) y la literatura, ha estado ausente durante siglos porque los maestros consideraban que los niños ya se divertían bastante fuera de la escuela y lo que debían hacer en el aula es aprender conceptos y valores... de ahí que, hasta los 80, la literatura infantil sea como tú la describes: dotada de una enseñanza que había que extraer sí o sí... y si los niños no lo lograban, ya lo hacía el maestro.

    Actualmente está clara la diferencia entre literatura y paraliteratura. Hay libros y textos que tienen una moraleja explícita o una clara enseñanza implícita... y son paraliterarios. Hay otros que son literarios y que están llenos de aspectos que pueden aprenderse y reflexionar sobre ellos... pero no son el objetivo fundamental de la lectura. De hecho, cada niño, según su edad, sus conocimientos y sentimientos y sus experiencias previas, se fijará más en unos que en otros y los interpretará de forma diferente. Compartir las diferentes visiones y juicios sobre los personajes y sus actitudes, es una tarea excelente para ir realizando durante la lectura y después de la lectura (anótatelo para el tema 4). Pero el maestro (un adulto que tiene una visión de las cosas completamente diferentes a las de los niños) jamás debe inducir a sus alumnos a entender las enseñanzas que aparecen en el texto de una forma única. Así limitamos la posibilidad de ser individuos únicos con la capacidad de interpretar (que no es lo mismo que entender literalmente).

    Por ahora tienes un muy bien en esta entrada. Si la corriges a la luz de lo que te he explicado, estará perfecta.

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    1. Lo acabo de modificar. No he expresado bien lo que quería decir. Gracias.

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